La inmersión de la catedral comienza, después de un descenso al azul, en una amplia abertura a 28 metros de profundidad la cual nos conduce a una gran cueva cuya bóveda tiene mas de 15 metros de altura. Se le conoce por la catedral ademas de por sus amplias dimensiones y su espectacular claraboya, por una gran repisa a modo de altar, donde antiguamente había una venus, perdida durante un temporal y hoy en día hay una figura de un buda. A la espalda de este improvisado altar natural, se encuentra la salida de la cueva, una gran hendidura que forma parte de un gran pared llena de ramas de coral rojo que va de los 32 metros a los 47 metros de profundidad máxima. Debido a su constante gran profundidad la inmersión suele ser corta en tiempo de fondo y recorrido así como solo recomendada para buceadores expertos. Sus contraluces y su espectacular paisaje hacen de la catedral una de las preferidas por los fotógrafos y videografos submarinos. Ademas para nosotros la catedral tiene un componente emotivo ya que el antiguo dueño de Subfari, el querido Peter Alexander Reiserer descansa en espíritu entre sus tranquilas aguas y acogedoras paredes.